Cuando comencé mi vida como docente de EATs recuerdo que ya en el primer ciclo viví una situación totalmente nueva para mi. Estaba con treinta y cinco años parado frente a contemporáneos e incluso mayores y se suponía que yo tenía que enseñarles algo a ellos.
En una de las tareas asignadas uno de los alumnos no había cumplido con la asignación. Yo, acostumbrado a alumnos adolescentes a los que había que rogar fueran medianamente responsables, asumí inmediatamente que había sido irresponsabilidad pues era una taréa que podía tomar como mucho diez minutos. Este alumno se me acercó al final de clase y me dijo que quería hablar conmigo. Yo lo escuchaba pero era evidente que él estaba esperando a que el resto de alumnos se vaya.
Al final quedó el solo y, en un tono casi inaudible me dijo: "profesor no he podido mandar mi tarea porque no sé zipear un archivo". Viniendo de un alumno de sistemas me pareció absolutamente inverosimil pero procedí a explicarle el proceso y luego recibí su trabajo. Evidentemente pensé que había sido un truco para que le recibiera el trabajo sin embargo pregunté a otros colegas profesores y descubrí que no era poco común.
¿Cómo es posible que un alumno que ya trabaja y que sea de ingeniería de sistemas no supiera zipear un archivo? no me cabía en la cabeza. Luego de meditarlo un rato me di cuenta de que esa incredulidad era un paradigma mío. Al siguiente ciclo pedí el mismo trabajo pero para que lo hicieran en clase y ver el proceso de compresión usando un zip en directo.
La sorpresa fue mayúscula cuando me encontré que muchos alumnos pedían ayuda a sus compañeros pues estaban francamente perdidos. Yo quedé absolutamente sorprendido y hasta asustado. Por supuesto habían también muchos que conocían formas de empaquetar los archivos que hasta yo desconocía pero eran muchos que no tenían idea de cómo hacer el proceso que para mi era cotidiano. Para mi... y ahí estaba la clave.
Lo siguiente que hice fue interesarme por la vida laboral de aquellos que no habían sabido realizar la tarea y descubri algo muy interesante.
Muchos de los EAT's se ven abrumados por la vida laboral en tareas que no involucran ciertas operaciones y en su vida cotidiana no tienen tanto acercamiento a las computadoras a pesar de que son expertos en logística por ejemplo. Uno de estos alumnos se la pasaba organizando el reparto en camiones y mandaba muchos correos y revisaba los horarios de las entregas y cargas y resolvía problemas como multas, demoras, reclamos, etc. En eso de pronto se había pasado ocho años. Hacía algo de diez años que no comprimía un archivo porque no había necesidad de eso en su trabajo y los documentos iban a una plataforma especial donde los encargados de soporte los entregaban ya impresos.
En ese momento me di cuenta del mayor reto que tenía: enteder su entorno y su realidad para poder adaptar mi curso a ellos. Comprendí que no podía asumir que eran adolescente que manejaban las herramientas como algo cotidiano. Es por ello que al pasar de un entorno presencial a uno virtual ese va a ser mi mayor reto. Comprender y adaptarme a la forma y necesidades de mis alumnos con las plataformas.
Dentro de ese campo, definitivamente, el lograr la motivación para que usen esos recursos y revisen los materiales va a requerir de mucho esfuerzo de mi parte.
Definitivamente eso dos me parece que van a ser los mayores desafíos dentro del pase de un entorno presencia a uno en línea.